Dream On Twilight 2011

Como los nuevos años siempre llegan con cambios, Dream On Twiligh, les propone un cambio. A partir de ahora, cada vez que entren a la pagina, no se van a encontrar solo con os Fics, a partir de ahora tambien con noticias... En la agenda que aparece del lado izquierdo del las columnas eh colocado dias de publicacion de novelas, noticias y otras cosas... ¿A que se debe estos cambios? A que los mismos, hacen bien y a veces es bueno llevarlos a cabo. Bienvenidas a todas y todos, les presento el renovado Dream On Twilight :D

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domingo, 27 de junio de 2010

Novela: "You're My Dream Now" (Cap 3)



Capítulo 3: En Mi Cabeza (Bella Swan)

Ese domingo me levante a las diez de la mañana, aun con el recuerdo de él en mi cabeza. Sus ojos negros como el carbón eran muy especiales, eran, únicos. Como bien había dicho Ángela era raro.
Pronto tocaron la puerta y di el asentimiento para que pase, de seguro era Charlie.
-Oh, Bells, te cambie las yantas del coche, y yo ya me voy a la comisaría, dos hermanas y un joven de alrededor de diez y seis y veinte años desaparecieron, tengo que ir a intentar encontrar su rastro.
-Claro padre, nos vemos en la noche, suerte con el caso –el asintió y salió de la casa. Me levante de mi cama y me fui a cepillar los dientes y me di una ducha rápida y me cambié.
Me sentía un poco hambrienta así que decidí comer algo para llenar mi estómago. Abrí la lacena y saque un poco de cereal, busque la leche y comí un poco de ambos. Lavé todo lo que use y decidí ir al almacén.
Agarre mi campera ya que la temperatura estaba debajo de los diez grados. Salí y saque las llaves del auto, entre adentro y arranqué. Al llegar estacione y me baje, varias miradas se posaban en mi. Me sentía intimidada. Intenté hacer de cuenta que nadie me miraba pero era imposible, quizá hasta el perro de la profesora Rout este mirándome. Entre e intente hacer una lista en mi cabeza de las cosas que necesitaría. Agarre un par de lácteos, frutas y verduras, entre otras cosas, mientras me dirigía para la caja choque contra alguien y todo cayó al suelo “Maldición”. Fue lo único que salió de mi boca en ese momento.
-Lo siento –me disculpe con la cabeza gacha, mientras levantaba todo lo que había tirado. Ella o el me estaba ayudando.
-No hay problema –dijo una vos tan clara como campanas, levante mi cabeza y vi a la pequeña Cullen con forma de duendecillo, ella tenía en sus labios una deslumbrante sonrisa. Me entrego todo lo que me había levantado.
-Gracias –dije en un tono bajo de voz.
-No hay de qué. Un gusto –estiro su mano para estrujarla con la mía. Note que llevaba unos guantes delicados de un color crema y de cuero. Le estreche la mía, pero debo admitir que mis manos al lado de sus cuidados guantes era un desastre-. Soy Alice, Alice Cullen.
-Un gusto. Soy Bella –dije mientras admiraba su rostro pálido y perfecto ella dedico otra pequeña sonrisa y yo le respondí con una no tan perfecto. De acuerdo ni si quiera perfectita como su sonrisa.
-Fue un placer hablar contigo –le asentí y luego me despedí yendo a la caja con mi compra aún no comprada.
-¡Nos vemos en el Instituto! –Grito a lo lejos, yo le asentí con un pequeño “Ajá”. Luego de pagar y salir con mis bolsas, camine apurada y controlando que no me falte nada y sin mirar al frente volví a tropezarme con alguien.
-Maldición, ¿es que no puedo esquivar a las personas ni por instinto? –Escuche que a quien había chocado se le escapaba una pequeña risa.
-Ah cierto, lo siento –levante la cabeza y vi al grandote con forma de oso, el otro Cullen. Oh genial quizá la próxima me pueda atropellar alguien y sorpresivamente va a ser otro Cullen.
-No hay problema –dijo con su tono grave de voz, que a decir verdad, daba mucho miedo. Lo mire y mas allá de lo gigante que era se podía admitir que parecía agradable y no daba tanto miedo como todos decían, y, creo yo que para ser adoptados son muy parecidos, noté que tanto la chica como el eran muy pálidos y tenían los ojos de un color dorado muy lindo-. Oh de acuerdo creo que estás un poco apurada así que dejo que sigas con lo tuyo.
-Ah sí, y discúlpame de nuevo, adiós –me puse a caminar pero con los ojos bien fijos en el camino. Cuando entre al auto agradecí no ser atropellada y por un Cullen. “Oh pero espera que ahora te chocan y va a ser un Cullen”, okey, esto ya era grave, mis pensamientos giraban en torno a los Cullen, ¡lo mío ya era un problema psicológico llamado Cullemania!
Arranqué el auto y me fui de nuevo para casa. Enserio no deseaba, por lo menos hoy, volverme a topar con un Cullen, suficiente con la pequeña “alegría” y el grandulón “apuro”.
Ni bien entre a casa fui a la cocina y guarde todo en donde iba, heladera, alacena, etc. Me puse a cocinar un pollo frito con patatas, una de las comidas favoritas de mi padre, mientras cocinaba escuche el abrir y cerrar de la puerta, imagine que sería el así que espere hasta que él se dirija a la cocina.
-Mmm, que rico olor a pollo frito y patatas que hay –yo me reí por lo bajo, creo que después de mucho tiempo, mi padre al fin iba a comer comida, pero comida de verdad.
-Hice tu comida favorita, imagine que vendrías hambriento –el asintió y se sentó en la silla de la mesa.
-¿Qué tal tu primer día? –Lo pensé un poco, podría haberle dicho que casi mato a dos personas pero…
-Oh fabuloso –“sin contar la parte en que los Cullen invadían el mercado y amenazaban como la película Invasión de Hormigas”.
-¿Hiciste muchos amigos? –“Si, no sabes medio colegio habla conmigo, en especial los Cullen, ¿Sabes?”.
-Solo unos cuantos, lo normal –el asintió. Serví la comida en los platos y nos pusimos a comer en silencio. Nadie dijo ni una sola palabra, al terminar lave los platos me despedí de mi padre y me fui a dormir, estaba realmente cansada así que no me costó perderme en mis sueños.
Me desperté en el instituto, era en 50% real y otro 50% sueño. Comencé a caminar para adentro y pronto sentí que alguien tiraba de mi brazo, gire y vi que era Mike Newton. Nadie hablaba pero él tenía mi brazo agarrado y no me soltaba. Tiré de mi brazo y logre soltarme, pronto vi que alguien venía por detrás y le mordía el cuello. Salí corriendo para el comedor, choque con Rosalie Hale, la cual se vio molesta al ver que me fui sobre ella. Intente disculparme pero no me salía la voz. Articulé la palabra y salí corriendo nuevamente al ver que quien había mordido a Mike me seguía a mí con colmillos tipo vampiro. Mientras corría noté que tenía a Edward Cullen adelante el cual me hablaba con una gran claridad “Tranquila Bella, nadie te hará daño, quédate aquí conmigo”. Pronto miré para atrás y esa cosa rara había desaparecido.
Edward agarro mi barbilla y acerco si cara a la mía. Pronto pude sentir sus labios posados en los míos. Lo único que reaccione a hacer fue responder.
Sentí que alguien tocaba mi hombro y me hacía volver a la realidad. Desperté y lo vi a Charlie.
-Bella, esta la joven Cullen aquí –lo mire extrañada, ¿una Cullen en mi casa? Okey eso si me daba miedo.
-Dile que me preparo y bajo –el asintió y salió de la habitación. Me levante y me cambie con lo primero que encontré. Fui al baño y me puse como una persona lo mas “normal” posible. Baje y la pude ver a Alice sentada en la mesa, llevaba puesto un pantalón al cuerpo de color gris y unas botas delicadas negras. Tenía una remera escote en V y manga larga que le quedaba también al cuerpo y arriba un sacón gris holgado y de manga corta. Baje las escaleras y ella volteó a verme.
-Buen día Bella, disculpa que llegue a esta hora es que tenía que traerte algo que por equivocación agarré –extendió su mano y vi mi Nokia 5310 en su mano, ahora entendí porque no había sonado mi alarma.
-Oh, Alice, muchas gracias, casi me quedo dormida si no es porque viniste aquí. Gracias –ella asintió con su gran sonrisa. De alguna manera no me había equivocado con respecto a la señorita alegría.
-Em, lamento interrumpirlas pero, Bells yo ya me voy para la comisaría, aun sigo investigando sobre la desaparición de las gemelas –le asentí. Se despidió y salió, me levante un instante para la cocina.
-¿Quieres comer algo? –Ella negó con la cabeza.
-No gracias, ya desayune –le respondí con un “Okey”. Fui para la cocina y saque una manzana de la heladera para ir comiéndola en el camino.
-Creo que ya es tarde y tenemos que ir para el Instituto –ella asintió y se levanto rápidamente.
-¿Quieres qué te lleve en el coche? –No quería negarme pero tampoco me sentía cómoda.
-Oh es muy atento de tu parte, pero prefiero ir caminando –ella asintió y luego se despidió.
-Okey como quieras –me dedico una media sonrisa-. Nos vemos en el Instituto.
Le asentí y salió de la casa. Cuando escuche que arranco el auto, me puse mi campera, agarre mi mochila y salí con manzana en mano. Fui caminando durante todo el trayecto mientras comía mi fuente de vitaminas y pensando y el sueño de anoche. Como era posible que mis pensamientos desearan, de alguna manera besar a Edward Cullen. Si yo sabía exactamente que eso era una estupidez y que nunca pasaría. Tenía que dejar de ver tantas películas de ciencia ficción si no quería terminar traumatizada y con sueños sin sentido totalmente estúpidos.
Mientras comía mi manzana escuche que un coche se acercaba. No voltee pero me tire para adentro del camino, se notaba que venía a mucha velocidad. Cuando paso mire para adelante y note que era el Volvo gris que tanto esperaba día a día en el instituto. Apure el paso y cuando llegue camine para adentro y vi a los cuatro hermanos menos a él, a Edward. Me sentí un poquito triste porque el ya no estaba. Definitivamente me debilito cerca de él y soy como una presa a su alcance.
Mientras tiraba al tacho el centro de la manzana toco el timbre, mire mis horarios ya que todavía no me adaptaba y note que tenía biología. Caminé muy tranquila a clase, era la primera clase de biología que tenía. Entré a la clase y el profesor ya estaba allí.
-Señorita Swan, bienvenida. Le hemos reservado un asiento, esperamos que se sienta cómoda –asentí y espere a que me dijera donde sería me lugar-. Oh si es verdad allí esta su asiento al lado de la señorita Cullen –le asentí y agradecí que no me siente con una no tan desconocida. Me entrego unos libros y me fui para mi asiento, todos miraban muy atentamente.
-¡Bella, que sorpresa! No espere verte aquí –ella se rió muy energéticamente.
-Es una sorpresa igual para mí –le dije con sinceridad y con una media sonrisa.
El profesor comenzó a hablar y nos quedamos en silencio. Hablaban sobre los efectos del energizante en el cuerpo humano. Comencé a tomar apuntes.
-Muy bien, ¿quién sabe cómo se puede bajar el efecto del energizante? –Pronto mi compañera levanto la mano ni bien formulo la pregunta. Todos suspiraron, seguramente era de las que siempre respondía a las preguntas.
-¿Alguien más además de Alice? –Levante la mano no sé por qué y note mi error después de hacerlo.
-Muy bien señorita Swan cuente sus conocimientos –asentí con la cabeza y comencé.
-Se puede tomar leche, ya que químicamente tiene la propiedad de neutralizar ácidos. Y en el caso de que quieras más rápida la expulsión es por medio de la orina así que si no tenes leche o también se puede tomar mucha agua. Es la forma más fácil de la expulsión al energizante.
Todos se quedaron en silencio mirándome volvía a sentirme intimidada como la primera vez.
-Muy bien señorita Swan ah dicho la forma correcta –la clase paso lenta, los últimos diez minutos el profesor tuvo que retirarse de la clase. Nos quedamos solos hablando entre nosotros.
-Waw Bella, tenias que haber notado como te miraban, parecía que te iban a comer con ella ja, ja, ja –su risa era sinfónica era igual que la de las modelos, pero ella era más linda en una gran cantidad.
Seguimos hablando todos los minutos hasta que toco el timbre, nos despedimos y nos dirigimos a las siguientes clases. Tenía literatura. Llegue a la clase y la profesora no había llegado. Decidí leer un poco del libro con el que estábamos estudiando. Guardianes de la noche un típico libro de vampiros, y hombres lobo, tigre, etc. con seres mágicos. Puf como si ellos existieran…
Cuando comenzaba a leer llego la profesora y nos ordeno que guardemos todo. Pronto pasó banco por banco y paso una prueba sorpresa. Generalmente estas no constaban mucho en la nota, quizá un punto pero nunca eran contados como pruebas.
La prueba era sobre el libro, me fue tan fácil que la termine primera y me liberaron dejándome ir a casa, una gran sorpresa. Agarre mi bolso y salí estaba con un poco de dolor de cabeza así que caminaba como si necesitara aire. Lo único que quería es que fuese nuevamente mañana y poder verlo ya que. Ahora él era el que estaba en mi cabeza, y no podría olvidarlo, ni aunque quisiera.

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