Capítulo 4: La familia (Edward Cullen)
Pasaron alrededor de cuatro días que la venía siguiendo. Pero escapaba y no se dejaba mostrar, quizá pensaba que quería hacerle daño, pero no, solo quería hablar con ella y decirle que su hermana la busca. Había pasado toda una semana en su busca y no había vuelto a casa, ya había pasado por Argentina luego de tanto correr. Se me hizo difícil seguirla durante el día por la forma que el sol brilla en ese lugar.
Me imagine que Esme estaría triste y desolada pensando que había pasado conmigo. Decidí volver, esta semana me había dado tiempo para pensar. Camino a casa case algunos animales para poder saciar mi sed. Mañana era viernes y antes de mañana tenía que estar en casa.
Pasadas una horas había entrado en el bosque de camino a casa. Cuando llegué escuche que había problemas en casa. Rosalie gritaba como loca y Alice también. Decidí escuchar que pasaba.
-¡No puedes hacer eso Alice! ¿Eres idiota? ¡Apuesto a que el que Edward se vaya fue una buena escusa de acercar a la humana a nuestra desaparición! ¿Verdad? –Rosalie echaba fuego y sus pensamientos eran de muerte
“¡Quisiera matarla es una idiota, que quitaría cada parte del cuerpo con gusto en estos momentos!”-¡¿Es que acaso tanto te molesta?! ¿Tantos celos tienes de ella? ¡Aparte yo no nos expongo, no voy a gritar por la calle “Hay mírenme soy una vampiro le voy a chupar la sangre a Bella”! ¡No entiendo tus malditas reacciones Rosalie!
-Alice tranquilízate –le decía Jasper que por lo visto estaba intentando calmarlas pero se la hacia difícil.
-Chicas por favor paren –rogaba Esme que estaba muy angustiada por el que se griten.
-¿Sabes qué pasa?, por lo visto aquí la enfermita quiere irse al diablo por culpa de una niña estúpida. ¿No es acaso algo que nos pone en riesgo a todos? –Note que esto no estaba bien, Alice comenzaba a sentirse mal y notaba la falta de respeto ah ella por parte de Rosalie.
-¡Rosalie! –Grito Marie.
-¿Es que acaso se puede tener tanto odio cómo para querer tratar así a tu propia hermana? –Alice ya no gritaba pero los pensamientos de Rose no cesaban.
-¡Ya basta! –Repitió la pequeña de la familia
-Por lo visto sí, es por eso que hay veces que desearía haberme muerto que estar acá –eso hizo que Esme y Alice se pusieran de la peor forma que había, nunca había una pelea tan fuerte como esta, decidí entrar.
-¿Qué maldición les pasa? ¿No se dan cuenta de Esme, Rosalie no eres capaz de tener un poco de respeto a tu hermana? Esme lo pide por favor que paren ¡Y la siguen! Aparte… ¿Qué tanto lo que haga Alice? No es delito lo que hace, es más, es la más valiente de todos los que están acá hasta mas valiente que yo, se atrevió ah tener relación con un humano, ¿acaso alguno de nosotros lo podría hacer? No, y ella se acerco sin miedo a lo que digan y fue valiente de soportar cosas que yo no pude.
>>Se acerco a Bella, algo que ni yo lograba por miedo a matarla. ¿Qué tal eh? ¿Alguien más tiene ya una acotación para decir? ¿Algo más para herirla? –Todos agacharon la cabeza, Esme aun lloriqueaba aunque sus lágrimas no pudieran salir. Me acerque a ella y la abrasé.
-¿Dónde has estado, hijo? A sido todo muy difícil sin ti –Yo le asentí con la cabeza, me sentía apenado de haber provocado todo esto con mi partida repentina.
-Cuando estaba cazando choque con alguien, no era una persona, era un vampiro. La mire y era, Jennie –Marie levanto su cabeza sorprendida.
“¡Esta viva, viva, viva!”.-Sí, está viva. Recorrí su rastro los últimos cuatro días pero ella se fue para Alaska y en vez de buscarla decidí volver y ver qué podía hacer.
-Entonces la visión que tuve no era de Marie escapando de ti sino de Jennie, ¿tenía cabello negro que le llegaba un poco más debajo de los hombros y con bucles naturales en las puntas? –Yo le asentí. Ella se sorprendió. Marie demostró una gran sonrisa y se fue saltando para arriba y luego bajo con una cajita en sus manos.
-Mi madre dijo que les diera esta caja, dice que lo encontró por allí y que es de ustedes –se la entrego a Esme y ella la acepto muy cariñosamente-. Dijo que era algo que podía traerles recuerdos.
Mi madre la abrió y había diferentes anillos y pulseras entre otras cosas. Reconocí entre esas cosas una de las medallas de guerra de mi padre. La agarre y pronto vinieron a mi cabeza recuerdos de mi familia.
-Edward –gire y la vi a mi hermana Rose parada y un poco apenada- ¿Podemos hablar? –Yo le asentí- Llama a Alice por favor
-Alice, ven, Rose quiere hablar con nosotros –ella movió su cabeza para que la sigamos. Fuimos afuera de la casa. Ella volteó y nos miro.
-Yo… Lo siento, no debí actuar de esa manera Alice, y Edward tienes razón es que. Creo que era humana va a echar a perder nuestra unión, es como si ella quisiera interponerse y el que se pasen hablando de ella me genera… celos.
-Oh Rose –le dijo Alice con una voz tierna como de madre-. No es tu culpa, yo no debí decir eso. No estuvo bien tampoco. Y te entiendo eres mi hermana. No tuve que reaccionar así –se acerco a ella y le susurro-. Y Edward no tuvo que hablar. Shh –ella se rió y yo me guarde la risa.
-Pero él tiene razón. Eres la única loca de la familia que se podría acercar a humanos –ella negó con la cabeza.
-Pronto también Marie –ellas se rieron y yo con ella. Ambas se abrazaron y se disculparon nuevamente. Aun me preguntaba porque rayos me encontraba parado como un idiota mirando a sus hermanas.
-Y… ¿Por qué se supone que estoy aquí? –Ellas dos se miraron intente leer su mente, ambas pensaron en coro
“¡Fuera de mi cabeza!”. Yo me reí de ellas dos y luego ellas me miraban como si estuviera loco.
-Era preferible que estés aquí a que te pongas a escuchar detrás de la puerta como hace ¡Emmett! A diario –Dijo Rosalie mirando a la puerta cerrada.
-¡Yo no escucho detrás de las puertas! –Grito la voz de Emmett desde la ventana.
-¡Esta bien amor te creo! –Respondió Rose con una sonrisa mientras lo miraba con cariño
“Hay que lindo que es mi hombre mono”. -Es que el que escucha detrás de las puertas es Jasper –dijo Alice riendo, pronto salió la cabeza de Jasper de la puerta y respondió.
-Mentira, yo solo… miro que la puerta este… ¿Bien? –Ella se rió y se fue bailando hacia él. “Espero que Alice se ponga feliz con la sorpresa que tengo para ella. Y Edward no la va a arruinar y se va a callar”. Levante la vista y note que me miraba. Yo asentí y luego me fui para adentro.
-Tenemos que ir para el instituto, ¿vienes con nosotros? –Yo asentí.
-¿Cuándo podre comenzar a ir yo? –Pregunto Marie mientras bajaba las escaleras energéticamente. Mire sus ojos y no había notado que ella ya los tenía del mismo color dorado que todos nosotros. Su etapa de neófita había desaparecido como nunca antes pensé que podía.
-Marie y tú… -No termine de hablar que ella empezó a reírse.
-¿No notaste allí? Yo podría haber matado al humano pero no lo hice, es como si la sangre no me llamara la atención.
-Estuve haciendo investigaciones y por lo visto ella tiene formas de vida humana a la cual no se desprendió del todo, es por eso que ella puede además de beber sangre alimentarse con comida humana, cosa que nosotros no –la explicación de Carlisle parecía lógica pero era extraña. Y, aun así no lo creía posible, aunque, lógicamente lo era.
-Bueno, ¿puedo ir? –Todos le asistimos ella demostró una gran sonrisa, se cambio rápidamente de ropa, aun había tiempo pero ella era un poco apurada. Mientras bajaba tiro su campera al suelo y se quedo dura. Pero parecía sorprendida, como si algo la llamase la atención.
-¿Huelen eso? –Dijo ella. Todos creyeron que había olido a un humano. Pero no, sus pensamientos lo decían perfectamente. Caminó a la puerta con velocidad humana, Emmett quiso detenerla pero le dije que no se preocupara que no haría nada malo. Todos la seguimos y cuando salió ella solo articuló las palabras.
-¿Jennifer? ¿Estás allí? –Pronto se movieron las plantas y salió de allí la vampira que había estado persiguiendo durante cuatro días seguidos. Ambas juntas era una belleza inexplicable. Eran totalmente iguales, con diferencias en el cabello.
-¡Marie! –Jennifer salió corriendo a abrazarla y su hermana respondió emocionada- ¡Estas viva! –Nos miro a todos nosotros y a mí de mala manera.
-¿Qué haces con ellos? Ese tipo quiso matarme –todos me miraron.
-Jennie, el quería decirte que estaba viva y con ellos.
-¿Y mamá?
-Y mama esta… mama falleció.
-¿Qué? –Ella se quedo dura y comenzó a negar con la cabeza- ¡Me estas mintiendo! –Marie negó con la cabeza. Ella se echo a correr por el bosque y Marie se quedo mirando apenada.
-Voy a buscarla, no, no iré hoy al instituto –todos asentimos y nos dirigimos en silencio a la cochera, me subí a mi Volvo y espere a que se decidan a entrar. Nuevamente Alice y Jasper viajaban conmigo en coche. Prendí el motor y me puse a andar. Por la carretera subí la velocidad a 140 k/h aproximadamente. Hoy lo que más necesitaba era rapidez.
“Okey, ya tengo todo preparado para la sorpresa para Alice, espero que acepte. Estoy tan contento”. Algo tenía Jasper entre manos pero cada vez que estaba yo nunca lo pensaba, solo pensaba en lo emocionado que estaba. Me preguntaba si era un regalo. ¿Pero qué más? No me enteraría hasta que venga Alice saltando en una pata y gritando lo que Jasper le regalo.
Llegamos al instituto con rapidez. Estacione el auto y camine a mi clase de Lengua. Cuando llegue, me encamine a mi mesa, que, según lo que se, aún no tenía compañera. Un rato después mientras todos se sorprendían de mi extraño regreso pude sentir nuevamente ese olor, ese perfume humano tan natural que bañaba la clase. Fue allí cuando volví a cruzar la mirada con ella, la humana, la que tanto me llamaba la atención y hacía que quiera matarla y adueñarme de su sangre. Esta vez era diferente. Estos cuatro días me habían servido para ponerme a pensar y, ahora, cuando ella se acercaba, podía actuar sin pensar en cómo acabar con su vida.
Se acerco a la mesa y me echo un vistazo y luego se sentó. Pronto entro el profesor con unas hojas en la mano que eran las pruebas que les había tomado a los alumnos de la clase. La cual había pedido que me tomase la semana pasada por un aviso de Alice. Ahora entendía a la perfección sus avisos.
Espero les guste, Marie Cullen
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