Capítulo 5: El comienzo de la historia
-Muy bien alumnos, tengo sus exámenes y sus promedios del trimestre. Creo que debería esforzarse más si no quieren sumar otra materia a la lista.
Todos asintieron. La chica Swan no hablaba, era como un pedazo de algodón inmóvil y escondida en sus pensamientos, que claramente no podía leer. Allí es cuando vuelvo a mi teoría de que esta hueca.
-Muy bien, me sorprendí mucho al ver el examen de la señorita Swan –ella, que tenía la cabeza gacha, la levanto al instante que el profesor la nombro y todos giraron a verla, volvió a agachar su cabeza. Era un detalle que tenía que tener en cuenta. Era tímida-. Su prueba ah sido la mejor del curso, además la de su compañero Cullen -ella giro la cabeza cuidadosamente, intenté poner un rostro que no la asustara, lo más humano posible-. Tiene un A+ y su promedio es A+.
Ella mostro una pequeña sonrisa. Me miro con ella y notó que yo le respondí con una. Se sonrojo y fue a buscar su examen.
-Muy bien alumna –le dijo el profesor con una sonrisa.
-Muchas gracias –respondió ella con su dulce voz. Creí que ya era el momento de hablar.
-Felicitaciones –ella me miro sorprendida.
-Bueno, gracias –respondió ella sin mirarme.
-No me presente. Soy Edward Cullen, tú debes ser Bella Swan–ella levanto la cabeza y me miro y a la vez asintió.
-Sí, la misma –iba a decir algo, luego dudo pero lo dijo-. No sabía que estábamos en la misma clase.
-No, es que tuve que irme a principio de semana a buscar a mis hermanas a Argentina –ella levanto las cejas como sorprendida. ¿Es que acaso se sorprendía de que tuviera más hermanas? Si, definitivamente era eso.
-Yo viví allí un año – <
-Por lo visto no es un lindo lugar para ti –ella puso cara de duda y me volvió a mirar.
-Bueno… en realidad fue un viaje que hice con mi madre y su segundo esposo cuando tenía quince y medio –la mire para que prosiga con su historia-. Luego de la vuelta ella se caso y no tuvo su luna de miel con Phil y decidí que era el momento de venir a ver a mi padre. Aparte ellos tendrían que viajar para hacer unos trámites así que a la vuelta de ellos. Me iré de este pueblucho.
La mire ante la última oración. “Se irá”, escuche esos pensamientos y mire para la puerta, note que Alice estaba allí, escuchando muy atentamente nuestra corta charla.
-Por lo visto lo que no te llama mucho la atención es Forks –ella asintió.
-No soy de las que este acostumbrada a lugares tan poco soleados y que la mayor parte del tiempo llueve. Aparte el pueblo no es lo mío –yo la mire extrañado, lo veía que Forks sea tan malo, era algo normal.
-¿Y por qué? –Ella suspiró, seguramente estaba irritada.
-No estoy segura de que quiera desperdiciar mi juventud en este pueblo –sonó el timbre. Ella levanto sus cosas y se puso a caminar yo seguí detrás de ella-. ¿Y tú, como soportas vivir aquí?
-Es más fácil de lo que tú crees - <
Ella se dirigió al comedor, en el trayecto seguíamos hablando.
-No creo que sea de facilidad, creo que es más de adaptarse y soportarlo –Mmm, esta humana no era como cualquier otra, esta si tenía sentido común y podía pensar. Aunque no sabía qué era lo que pesaba podía notar en sus palabras que era alguien que sabía lo que quería y mucho más madura que una chica de su edad. Cuando llegamos a la puerta del comedor antes de abrirla se quedo parada.
-¿Qué pasa? –Ella me miro sin saber que decir.
-Creo que no estaría bien que nos vean juntos, no quiero tener que responder una lista de preguntas sin sentido. No te enojes por favor –la entendía a la perfección. También a la clase de preguntas sin sentido, ya que tenía una hermana y era como una niña molesta de cinco años cuando quiere una barbie.
-Está bien, te entiendo. No hay problema. Pasa tu primero, mas tarde saldré yo –ella asintió y paso mientras me miraba. Sus ojos chocolates eran perfectos y grandes, como pocos. Pasados unos minutos, entre. Mis hermanos posaron la mirada sobre la mía. Camine con precaución, esperándome algunos rostros disgustados. Me sorprendí que fuera todo lo contrario nadie decía nada, todos llevaban una gran sonrisa en el rostro. Me senté.
-¿Qué tal tu día hermano eh? –Pregunto Emmett codeándome el brazo y moviendo la cabeza hacia Bella.
-Igual que todos los días –respondí con indiferencia. El puso una cara no convencida y yo una de total convencimiento. Escuche que en la mesa de los humanos hablaban todos muy entretenidos.
-Bella, ¿qué cosa con Cullen? –Pregunto Mike Newton, el cual ya empezaba a detestarme y a mi molestarme. Ella lo miro pero no respondió nada.
-¿Quién? –Se hizo la tonta pero él lo noto.
-Tu compañero de Literatura –ella me miró por el rabillo del ojo y volvió a mirar al molesto niño.
-Ah, Edward… Mmm no hay relación. Solo hablamos de las notas pero nada –genial, eso era para ella en este momento “el chico de las notas”.
-Oh Bella vamos, cuéntanos –puse notar que se sentía presionada y no quería hablar del tema.
-Les eh dicho que no pasa nada con Edward Cullen, ¿es que acaso es muy difícil de entender? –Ya su tono era de irritabilidad, pero a la vez de ternura, por más que lo intente no se enojaba de una manera muy fuerte, quizá era porque no quería mostrarse a los demás como una mujer sin paciencia. Ya que, según lo que notaba, no lo tenía. Un agregado a lista.
-Oye Edward con tu cara y la forma en la que te acomodas e intentas meterte bajo la mese, pareces un troglodita –el comentario de Emmett hizo que todos riamos pero en especial Alice largo una carcajada que se escucho en todo el comedor y luego varias cabezas se giraron a mirarnos.
Seguí con mi vista fija en la humana, la cual solo giro un poco y volvió a su lugar. Jessica Stanley notó mi vista a su mesa y comento algo en su mesa.
-Bella, Edward Cullen te mira –ella negó con la cabeza y pego un mordiscón a su manzana. Eso era Bella, esa misma manzana, ella era mi fruto prohibido, era lo que tenía que evitar a toda costa y soportar por lo menos hasta quinto año.
-No, debe estar mirando a otra chica, tiene derecho de observar, es humano –sí, claro tan humano que soy capaz de escuchar la conversación de tu mesa, ¿sabes?
Me estaba acostumbrando mucho a la ironía. Quizá era algo contagioso pero por lo visto en mi caso esta de nacimiento.
-No Bella, claro que no, estaba mirándote –ella suspiró. En ese momento sonó el timbre para volver a nuestras clases y se levanto de su asiento. Tenía biología, no pensaba asistir a la clase. Creía mejor seguir a mi hermana y Bella ya que se juntaban para esta materia y Alice, era peligro en potencia.
Me levante disimuladamente y la mire a Alice.
-Muy mal hermano ¿otra vez rateándote de las clases? –Alice negó con la cabeza. La mire con mi peor cara.
-Cállate salvo que quieras que hable con la profesora y le cuente que su alumna Cullen se salió de la clase con la excusa de ir al baño –ella puso mirada amenazadora.
-No lo harías –dijo en un susurro.
-¿Quieres probar? –Pregunte amenazante.
Ya no había nadie en el comedor, ella se lanzó hacia mí tirándome al suelo. Todos se reían a carcajadas. Escuchamos pasos por el pasillo y nos fuimos con nuestra súper velocidad. Todos desaparecieron pero yo me quede mirando quien era él o la que se movía. Era Isabella Swan, ¿qué hacia aquí, no tenia clases? Oh acaso, ¿se estaba rateando? Pronto note que por la puerta aparecía también Alice.
-Oh, Bella, ¿a ti también la profesora te mando aquí? –Ella asintió mientras tomaba de su botella-. Por lo visto no le gusta que haya más personas que puedan pasar las respuestas al resto del curso… esto es todo tan raro.
-Es verdad, en Phoenix no te hubiesen mandado aquí nunca. Son tan estrictos hasta con los más inteligentes.
-Hablando de eso Bella, ¿piensas quedarte a vivir aquí?-Ella negó con la cabeza.
-No, cuando mi madre y su esposo vuelvan de su viaje me voy de Forks –Alice puso cara apenada.
-Qué lástima –puso cara de apenada, pero sé que de alguna manera mi hermana se sentía triste. Era la primera vez que ella se intentaba acercar a un humano y este no escapaba.
-¿Por qué? –Alice suspiró. Bella la miro extrañada.
-Es que, será una pena, eres la única que se ah atrevido a estar con una Cullen. Y creí que podríamos llevarnos bien como amigas –ella la miro y mostro una media sonrisa.
-Aun así podríamos intentar ser amigas. Sería bueno, alguien con quien llevarme y que no quiera interrogarme siempre sobre estupideces –Alice mostro una sonrisa reluciente, como las de las propagandas de dentífricos.
-Sería genial, pero, ¿no te preocupa lo que digan los demás? –Bella lo pensó por un minuto.
-¿Qué más da? Aquí estoy, aparte fuiste muy gentil conmigo desde el primer momento –nunca creí que esta humana pudiese ser tan especial, o por lo menos así la veía mi hermana, la veía como buena persona y de alguna manera extraña. Ella estaba de acuerdo conmigo con que era una chica rara, pero eso no quitaba que no pudiese tener sus cosas buenas.
-Entonces, estaremos en contacto –ella asintió. Sonó el timbre y mi hermana se fue. Bella agarro sus cosas y camine para la salida. La seguí por detrás. Quizá algo nuevo pudiese descubrirle.
Le seguí el paso con precaución. Tras un movimiento torpe el agua de su botella voló y me mojo todo. Ella giró y se choco conmigo. Se quedo mirándome con sus grandes ojos y muy avergonzada. Quería hablar pero se le dificultaban las palabras.
-Lo siento mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario